domingo, 12 de junio de 2011

Estructura cognitivista del proceso de información

El proceso de formación del estudiante en las universidades no ha tenido en cuenta suficientemente al sujeto como persona, en "ellos prevalece la memorización y la acumulación de información con disminución de la iniciativa, creatividad, precisión, capacidad lógica-crítica y ética laboral.
 En relación al proceso de enseñanza–aprendizaje existen enfoques o modelos dicotómicos: por una parte, los que lo absolutizan y dimensionan centrados en la estructuración de contenidos o el logro de determinados resultados y la elaboración de estrategias que posibiliten la transmisión de información; y por otra, aquellos que ponen el acento en los mecanismos psicológicos que están en la base de dicho proceso. Ambas posturas participan de una deficiencia común: la unilateralidad en la comprensión holística, no reconociendo que ambos constituyen una unidad y que sólo desde esta perspectiva puede ser comprendido, planificado, ejecutado y controlado. Según algunos autores (Ojalbo, et al, 2003), "el aprendizaje es comprendido como actividad social y proceso individual de apropiación, construcción y reconstrucción de la experiencia, de la red vincular social de la cual el sujeto participa y es su activo creador, en el que se apropia de conocimientos, habilidades, actitudes, valores, afectos y sus formas de expresión en condiciones de interacción social en un medio socio-histórico concreto".
Esta concepción apunta hacia el sujeto que aprende de forma activa, consciente y transformadora. No se trata sólo de asimilación activa, dado que implica producción, elaboración, reconstrucción, reestructuración, lo cual conduce a transformaciones en su comportamiento y conducta, en su personalidad y personeidad, convirtiéndose en agente social activo de cambio.
El Aprendizaje, en especial el de carácter Significativo, implica necesariamente dos elementos cognitivos: 1) que el alumno tenga un conocimiento previo de la materia a tratar; y 2) que sea capaz de establecer relaciones con lo que aprenderá y aprehenderá, para establecer nuevo conocimiento.
Según Ausubel y Moreira (Labarrere, 2000, 2006, 2007; Moreira, 2005), el proceso de aprender del alumno depende de la estructura cognitiva previa que se va a relacionar con el nuevo conocimiento, entendiéndose por ésta el conjunto de conceptos e ideas que un individuo posee en una determinada área de estudios, así como su estructuración.
Ausubel plantea que las nociones que el estudiante posee en su estructura cognitiva relacionadas con el tema de estudio, son el factor más importante para que el aprendizaje tenga lugar, esto es, que hay aprendizaje cuando la nueva información que se recibe o se construye, se incorpora a la estructura cognitiva del aprendiz y que corresponde a lo que el alumno ya sabe, no sólo como prerrequisito sino que al complejo de ideas y relaciones que el individuo ha organizado en su mente mediante los procesos de asimilación de su entorno y del mundo (Ausubel et al., 1983) y que para Vygotsky (1995), sería también producto de su historia, de la sociedad en la cual se encuentra inserto y de su cultura, conformando así el paradigma de la cognición situada, esto es, que forma parte y es producto a su vez de la actividad, la mediación y la construcción conjunta de significados.
El aprendizaje entonces, implica entendimiento e internalización de los símbolos y signos de la cultura y el grupo social de pertenencia, lo cual Vygotsky (1995) sitúa como las funciones mentales superiores del individuo, aquellas que los hacen ser precisamente humanos y que no son adquiridas biológicamente o tienen una impronta genética, sino que son construidas mediante la apropiación de las prácticas desarrolladas históricamente y que se constituyen en el andamiaje de las acciones significativas y los procesos de los co-participantes de la actividad conjunta realizada.
De acuerdo con lo expuesto, el aprendizaje está en la perspectiva de la cognición generando cambios en la forma de entender y de participación de los sujetos en la actividad compartida, lo cual hace que la mente humana se desarrolle en función de ésta y en contextos determinados, lo que permite que -dependiendo del tipo de acción a realizar- se pongan en funcionamiento determinados procesos cognitivos y no otros.

Por lo tanto, es importante e imprescindible conocer a priori (sea mediante la evaluación del currículo de su formación o con el procedimiento de "diagnóstico de entrada") los elementos cognitivos que el alumno, tanto en el plano informativo como conceptual tiene, lo cual permitiría una mejor orientación del Docente en el proceso de enseñanza aprovechando las experiencias y conocimientos que ya están incorporados y que potencialmente los beneficiarían.
De acuerdo a la Teoría del Aprendizaje Significativo, éste se produce cuando la nueva información se internaliza en la estructura cognitiva del estudiante, es decir cuando tiene significado a la luz de la estructura organizada y jerárquica que el individuo posee. Ausubel propone que la nueva información puede ser asimilada en la medida que se ajusta bien a la estructura conceptual preexistente, la que además resultará modificada. De esta manera entonces, se produce una interacción entre los nuevos conocimientos y los aspectos relevantes de la organización cognitiva a través de la cual la nueva información adquiere significado de manera orgánica, tomando un lugar apropiado en la jerarquía de ideas y relaciones que la componen, y se genera una mayor elaboración y estabilidad de la información preexistente (Salazar, 2003).
El enfoque de Ausubel radica preferentemente en la importancia que le otorga a las nociones ya establecidas en el aprendiz para el aprendizaje de las nuevas ideas, considerando que lo que el alumno "ya sabe" no es simplemente la idea de prerrequisito, sino que se refiere al complejo de ideas y relaciones que el individuo ha organizado en su mente mediante los procesos de asimilación del mundo y a la que denomina "estructura cognitiva" (Ausubel et al., 1983).
En contraposición con el Aprendizaje Significativo, Ausubel habla de Aprendizaje Mecánico o Memorístico como aquel en que las nuevas informaciones no se vinculan a los conceptos relevantes de la estructura cognitiva dando lugar a un almacenaje arbitrario, literal, que no interactúa sensiblemente con la conceptualización preexistente ni ésta otorga significación a la nueva información (Salazar, 2003).
Por esta razón, las nociones que el estudiante posee en su estructura cognitiva relacionadas con el tema de estudio, son el factor más importante para que el aprendizaje tenga lugar, esto es, que al recibir una nueva información, ésta puede ser asimilada en la medida que se ajusta bien a la estructura conceptual preexistente -la cual resultará modificada como resultado del proceso de asimilación- el cual tiene lugar cuando la información es potencialmente significativa y lógicamente establece relaciones con conocimientos previos, siendo vinculada por el estudiante con una idea más general existente en su estructura cognitiva.
Como resultado de esta asimilación, en el citado elemento aparece una nueva entidad compuesta: la información incorporada modificada por su interacción con la idea general preexistente y que es la idea preexistente modificada a su vez, como resultado de su interacción con la adquirida recientemente. Así, el resultado de la asimilación de una información nueva no es simplemente la incorporación de ella a la estructura cognitiva, sino que la aparición del complejo conceptual, en que tanto la idea nueva como la antigua -que ha servido de anclaje- resultan modificadas. De esta forma, se obtiene aprendizaje cuando la idea que se adquiere es más general e inclusiva que los conceptos establecidos en la estructura cognitiva. El proceso de asimilación implica no sólo la vinculación de la nueva idea con las ya aprendidas, sino una reestructuración de un conjunto de ellas establecidas con antelación.
En concordancia con esto, es factible establecer que la idea fundamental propuesta por Ausubel -en torno a la cual se organiza toda su teoría- implica que: "El aprendizaje significativo presupone que el alumno manifieste una actitud de aprendizaje significativo, es decir, una disposición para relacionar sustancial y no arbitrariamente el nuevo material con su estructura cognitiva, y que el material que aprende sea potencialmente significativo para él, es decir, relacionable con su estructura de conocimientos sobre una base no arbitraria y no al pié de la letra" (Ausubel et al., 1983), por lo que el factor cognitivo más importante en el proceso instrucción es la estructura cognitiva del alumno en el momento que aprende. Es principalmente por la adquisición de una estructura cognitiva adecuada que se facilitan los nuevos aprendizajes y su retención.

1 comentario:

  1. Hola compañeras que bien por su trabajo para salvar la actividad electronica y de uso de tic pero sus contenidos son muy densos poco depurados debieron hacerlo un tanto mas coloquial

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